La Misteriosa
Aunque algunos se vanaglorian de ello, yo despotrico un poco de esa fama que tenemos los de acá. Creo que no todos somos sabiondos de café, ni vestimos trajes, ni usamos sombrero a diario. Tampoco usamos bastón por lo pesada que puede resultar nuestra sabiduría para nuestras piernas. Por sobre todas las cosas, me revienta la actitud fingida de quienes quieren darse ese aire de intelectuales más por la pinta que por el fondo que los sustenta.